Desde el mes pasado, el abogado constitucionalista, profesor de las universidades de Chile y Adolfo Ibáñez, Fernando Atria, publicó una saga de articulos sobre la educacion chilena, que aportan una vision que permite percibir la verdadera magnitud del problema que se vive, piso fundamental para iniciar la busqueda de una solucion al conflicto que hoy saca a la calle a estudiantes, profesores y ciudadanos en general, para exigir que la educacion vuelva a ser un derecho, en vez del bien de mercado en el que hoy se ha convertido.
La saga se tituló "Los 10 lugares comunes falsos sobre la educación chilena", y se avocó a cuestionar los 10 principales argumentos que se dan para defender el modelo educacional actual, y a argumentar como estos serian mayoritariamente erróneos, dando una idea clara de como y por que cada uno de estos paradigmas se sostienen en el Chile de hoy, debieran dar paso a una nueva educación.
A continuación se aportan los links para quien desee leerlos, incluyendo bajo estos una breve reseña de lo que cada articulo expresa en totalidad, y para quienes no tengan tiempo de leer, un audio de unos 30 minutos, del propio Atria, donde explica parcialmente a ADN algunos de sus enunciados (
Link Audio Atria).
- Introducción: La angustia del privilegiado.
El articulista sostiene que el peor defecto del sistema educativo chileno es que le permite al privilegiado mantener su situación de generación en generación. Dice Atria: “Para el que tiene privilegio, el sistema educacional chileno es el mejor mundo posible… En efecto, la ley se pone enteramente a disposición de los ricos para que éstos puedan usar toda su riqueza de manera de garantizar que la situación de la que gozan hoy podrá ser traspasada a sus hijos.” Argumenta también contra los centros de estudio y los especialistas que desarrollan argumentos para ocultar esta situación y construir los lugares comunes que se revisan a continuación.
- N° 1: “Hoy las familias tienen la libertad de elegir la educación que recibirán sus hijos”
Atria sostiene que en el actual sistema, “la libertad no es para los padres, sino para los establecimientos educacionales, que siempre pueden aceptar o rechazar una postulación a través de distintos mecanismos”. Agrega: “las familias no eligen un proyecto educativo, sino un criterio de exclusión”.