jueves, 18 de agosto de 2011

Decálogo para entender la crisis estudiantil. (Artículos de Fernando Atria)

Desde el mes pasado, el abogado constitucionalista, profesor de las universidades de Chile y Adolfo Ibáñez, Fernando Atria, publicó una saga de articulos sobre la educacion chilena, que aportan una vision que permite percibir la verdadera magnitud del problema que se vive, piso fundamental para iniciar la busqueda de una solucion al conflicto que hoy saca a la calle a estudiantes, profesores y ciudadanos en general, para exigir que la educacion vuelva a ser un derecho, en vez del bien de mercado en el que hoy se ha convertido.

La saga se tituló "Los 10 lugares comunes falsos sobre la educación chilena", y se avocó a cuestionar los 10 principales argumentos que se dan para defender el modelo educacional actual, y a argumentar como estos serian mayoritariamente erróneos, dando una idea clara de como y por que cada uno de estos paradigmas se sostienen en el Chile de hoy, debieran dar paso a una nueva educación.

A continuación se aportan los links para quien desee leerlos, incluyendo bajo estos una breve reseña de lo que cada articulo expresa en totalidad, y para quienes no tengan tiempo de leer, un audio de unos 30 minutos, del propio Atria, donde explica parcialmente a ADN algunos de sus enunciados (Link Audio Atria).
  • Introducción: La angustia del privilegiado.
  • El articulista sostiene que el peor defecto del sistema educativo chileno es que le permite al privilegiado mantener su situación de generación en generación. Dice Atria: “Para el que tiene privilegio, el sistema educacional chileno es el mejor mundo posible… En efecto, la ley se pone enteramente a disposición de los ricos para que éstos puedan usar toda su riqueza de manera de garantizar que la situación de la que gozan hoy podrá ser traspasada a sus hijos.” Argumenta también contra los centros de estudio y los especialistas que desarrollan argumentos para ocultar esta situación y construir los lugares comunes que se revisan a continuación.
  • N° 1: “Hoy las familias tienen la libertad de elegir la educación que recibirán sus hijos”
  • Atria sostiene que en el actual sistema, “la libertad no es para los padres, sino para los establecimientos educacionales, que siempre pueden aceptar o rechazar una postulación a través de distintos mecanismos”. Agrega: “las familias no eligen un proyecto educativo, sino un criterio de exclusión”.
  • Nº 2: “Es injusto que el Estado financie la educación de todos”
  • El articulista sostiene que la idea de que los ricos se paguen su educación mientras el Estado se encarga de la educación de los pobres, beneficia únicamente a los privilegiados, pues les permite comprar la mejor educación disponible en el sistema mientras que deja a los pobres en la marginalidad. “Lo notable es que ese razonamiento, que se presenta como una defensa de la equidad”, dice Atria.
  • N° 3: “No hay nada malo en que los que tienen recursos los usen en mejorar la educación de sus hijos”
  • El columnista sostiene que es evidente que las familias harán siempre lo mejor posible por sus hijos. Sin embargo la ley no puede asumir esa perspectiva. Afirma Atria: “La ley ha de mirar a los intereses de todos. Por eso en la discusión pública lo que debe preocuparnos es ampliar tanto como sea posible la libertad de todos. Para eso la primera regla es que nadie puede pretender para sí una libertad que niega al resto. Sin embargo, eso es precisamente lo que hace la ley en Chile: da a cada uno la libertad que puede comprar. Y así la libertad que entrega es groseramente desigual”.
  • Nº 4: “Cuando un colegio selecciona está premiando a los que más se esfuerzan”
  • Fernando Atria sostiene en esta columna lo injusto que es ofrecer educación de calidad sólo a los alumnos más destacados. Tan injusto como entregársela solo a los alumnos cuyas familias tienen más ingresos. Afirma: “Basta conocer un poco sobre la educación chilena para saber que los rendimientos que alcanza un estudiante dependen, al menos en una medida considerable, de si contó con libros en la casa, si sus padres son profesionales, si le pudieron pagar un colegio donde hubiera buenos profesores, etc. En suma, de consideraciones de clase”. Por ello, dice, seleccionar por mérito académico es “transformar injusticias estructurales en experiencias individuales de frustración y fracaso”.
  • Nº 5: “No tiene nada de malo que los establecimientos educacionales lucren”
  • Los defensores del lucro afirman que todos lucran y que eso no tiene nada de malo. Atria despeja la confusión de conceptos con que se aborda el tema: “Un establecimiento sin fines de lucro es una institución en la que estudiantes, profesores y autoridades pueden asumir que a todos les interesa el desarrollo de la institución como establecimiento educacional. Pero en un establecimiento con fines de lucro no hay esta comunidad de propósitos, o si la hay es sólo contingente: lo que mueve a los dueños es obtener la tasa más alta posible de retorno para su capital, no desarrollar el mejor proyecto educacional posible”.
  • N° 6: “Prohibir la selección de estudiantes es nivelar hacia abajo”.
  • En esta columna Atria aborda la extendida idea de que impedir el gasto privado en educación o prohibirles a los establecimientos seleccionar alumnos son medidas que solo persiguen hacer daño a las instituciones a las que les va bien; es decir, son medidas que “nivelan hacia abajo”, pues dañan a los mejores sin cambiar la situación de los que están mal. Incluso parecen políticas inspiradas en la envidia.
  • N° 7: “El hecho de que la matrícula de la educación pública esté cayendo muestra que la particular es mejor”
  • Los norteamericanos acuñaron la expresión “votar con los pies”, para referirse a una forma en que las masas expresan su opinión: yendo a un lugar porque les gusta o abandonándolo porque les desagrada. No necesitan decir nada: van y vienen y así “votan”. El concepto se ha usado en Chile para explicar la caída de la matrícula en la educación pública: se dice que la gente está votando con los pies en contra de ella por sus malos rendimientos; y está dirigiendo sus pasos a colegios del sistema particular y particular subvencionado porque serían de mejor calidad. Atria plantea que después de haber juntado a los alumnos más vulnerables en el sistema público, hacer ese tipo de comparación es injusto: lo público no pierde académicamente frente a lo privado. Es lo vulnerable lo que pierde académicamente ante lo privilegiado.
  • N° 8: El que cree que el rendimiento de un estudiante está determinado por su clase social, piensa que “el pobre” tiene menos capacidad que “el rico”
  • Una propuesta extendida para solucionar los problemas educativos es hacer que las escuelas con peores resultados copien los métodos de los establecimientos vulnerables que lo hacen bien. El problema de la educación se trataría entonces de un asunto de managment, de organización y no de segregación social, idea que Atria cuestiona.
  • N° 9: Solo una reforma que busque resultados concretos en la escuela y que tenga un “foco en el aula” es “seria”
  • Una de las propuestas que más se repiten para solucionar el déficit de la educación chilena es dar más atribuciones a los directores para que puedan echar a los malos profesores. Fernando Atria cuestiona que eso signifique alguna solución y se pregunta a dónde van a ir esos profesores despedidos sino a los colegios más vulnerables.
  • N° 10: Restringir el gasto privado en educación busca acabar con la educación privada
  • Una idea frecuente es pensar que reformar los aspectos centrales de la educación, es imposible. Que tarde o temprano el privilegiado va a encontrar caminos para mantener sus privilegios. Frente a esa tentación de inmovilidad Atria se pregunta: ” ¿Alguien podría creer seriamente que el hecho de que un sistema escolar no pueda acabar con todas las diferencias de clase es una razón para tener uno que las fomente y las agudice?”
  • Una propuesta para una educación chilena menos segregada
  • Tras analizar 10 lugares comunes falsos de la educación chilena, el profesor Fernando Atria culmina sus reflexiones con una propuesta que aborda un problema central: la segregación. Esto es, la existencia de escuelas para privilegiados y para pobres, y de un sistema que luego hace competir a los egresados de ambos establecimientos y afirma que esa competencia es meritocrática y justa. En su propuesta destaca varios aspectos interesantes: que los padres de verdad elijan el establecimiento al que irán sus hijos, impidiéndoles a los colegios seleccionar por dinero o desempeño, y que la educación la pague el Estado con un monto igual para todos los niños, sean éstos de clase media, pobres o ricos. Al poner el acento en la segregación, que no aparece como un problema en las propuestas del gobierno, Atria elabora una reflexión profunda sobre cómo hacer un sistema más libre para las familias y menos abusivo con los chicos que han nacido en la pobreza.

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