miércoles, 6 de noviembre de 2013

Yo Marco 2013

Imagen tomada de revoluciontrespuntocero.com
Se acerca una nueva elección presidencial, y esta vez viene con 9 sonrientes candidatos (algunos no tanto) , con promesas de un Chile mejor. Este año también voy a votar. Mi postura al respecto no ha cambiado mucho de lo que pensaba hace un año, así que no ahondaré mucho ahi, solo diré que sigo creyendo que un buen representante puede hacer diferencias sustantivas, aun bajo estándares de participación mayores a los que tenemos hoy en día.

Yo tengo candidato, aunque tengo que admitir que en esta pasada tuve mis dudas. Esta vez (a diferencia del 2009) hay mas de una candidatura interesante, y tuve que hilar mas fino para definir mi preferencia final. Mi candidato es Marco Enriquez-Ominami, y el por que de esta decisión, es lo que quisiera compartir en este post.

(De los 9 candidatos...)
Esta cosa llamada modelo

En lo profundo, soy de los que sueña con un sistema social que se base en la colaboración y solidaridad en vez de en la competencia y el egoísmo como es hoy. Creo que el acceso universal a la educación y la salud, gratuitas y de calidad. Creo que estos debieran ser derechos básicos de toda sociedad, entre otras cosas por que son necesidades que todo ser humano requiere para crecer plenamente en armonía y paz con su entorno, y si vivimos en sociedad debiera ser para ayudarnos a satisfacer estas necesidades, en vez de explotarnos mutuamente, ante la necesidad del otro en búsqueda de un rédito personal.

Creo en una sociedad de iguales, iguales en derechos y responsabilidades, donde nadie tenga el poder de someter a otro, de comprar su conciencia, donde nadie tenga el poder de discriminar a otros por su forma de ser. Creo, entre otras cosas, que el matrimonio debiera ser igualitario.

Creo también que una sociedad que no garantiza derechos reproductivos a sus mujeres que les permitan ejercer el dominio sobre su propio cuerpo, es una sociedad que esclaviza a la mitad de su población, y las condena a ser un simple objeto de producción de vida. Estoy consciente que este es un tema complejo. La variable ética sobre la protección de la vida y del ser humano es brutal, pero creo que la existencia de conflicto no justifica el silencio. Yo tengo mi opinión al respecto, creo sinceramente que lo primero es definir como sociedad cuando creemos que comienza la vida humana, desde cuando y como protegerla. Creo el derecho a la vida debiese estar por sobre otros derechos, pero creo que dicha protección debe ser decidida voluntariamente por las mujeres, y que como hombres no podemos pretender apropiarnos por la fuerza, la ley o la criminalización, de una capacidad exclusiva de dicho genero de nuestra especie.

Aunque en temas tan amplios y/o complejos como los anteriores, creo que siempre debe estar abierta la posibilidad del debate, al menos en los términos que yo entiendo el modelo que nos rige (entendimiento nivel usuario si se quiere), las posturas anteriores me llevan inevitablemente a eliminar 4 de los 9 candidatos. Matthei por todas las anteriores (y mas), Parisi y Jocelyn Holt por la variable economicista y el discurso enfocado en la superación personal en la tierra de las oportunidades tan propio de la centro derecha, y Ricardo Israel principalmente por su "agenda valórica" y su negación a debatir sobre los temas sexuales y reproductivos pendientes.

(Ahora solo quedan 5...)
Esa cosa llamada confianza

De los candidatos restantes, todos abiertos al debate en los términos antes expuestos, debo hacer una salvedad, una eliminación, por un tema de credibilidad. Michelle Bachelet, para mi no es una buena opción, y no logra salir de la categoría de "mal menor" (si la comparamos con Matthei, por ejemplo), y aquí va el por que. Un programa que resuena con el sentir ciudadano, pero que se plantea de punta a cabo lleno de ambigüedades y resquicios, no es otra cosa que un programa que no se pretende cumplir. Esta idea se refuerza bajo el concepto de que detrás de su candidatura está la misma concertación que en 20 años hizo mas por consolidar el modelo neoliberal, que por salir del mismo, ademas del simple hecho de que en su gobierno anterior, si sus propuestas fueran parte de su ideario, podría haber hecho mucho mas de lo que en realidad hizo o trato de hacer, después de todo, la traición a los pingüinos con la Lege, es algo que ninguno de nosotros debiera olvidar en un candidato que promete educación gratuita y de calidad, especialmente cuando la reforma tributaria en que se sustenta no alcanza ni para la calidad, ni para la universalidad en los estándares que se insinúa en su propuesta. Por ultimo, el que ella no conozca realmente su programa, desdiciéndose en mas ocasiones de las que un candidato se puede permitir, eludiendo respuestas, o simplemente quedando pilla en los debates, terminan por validar la idea que ella es mas una mascara maternal sobrepuesta sobre una coalición en descomposición, que una verdadera líder que pueda apoyarnos en la búsqueda de nuevos horizontes.

(De los 4 que quedan...)
Esa cosa llamada proceso

Tengo que confesar que a esta altura, los 4 candidatos restantes los considero igualmente validos, y como merecen todo mi respeto, no trato ni pretendo en este escrito convencer a nadie de que mi elección es mejor que cualquiera (entre estos 4 finales). Por que descartadas las diferencias de horizonte y confianza, creo que remamos todos en la misma dirección, aunque soy consciente que l@s candidat@s mas radicales (y sus bases) no opinan lo mismo sobre la candidatura del partido Progresista. Dicho esto, concluyo.

He reflexionado bastante respecto de que tan radicales o graduales son los medios que debiéramos usar o tolerar como sociedad pensando en las metas que tenemos. Se también que opino desde una tribuna relativamente "privilegiada" en comparación a la mayoría de los chilenos, y entiendo que hay mucha gente que no puede esperar, por lo que una transformación dada por una gradualidad perfectamente armónica hacia la solidaridad es una contradicción, que reniega del sufrimiento ante la urgencia de los cambios. Pero soy de los que creo que tampoco hay paz ni justicia duradera si esta llega de la mano de la violencia y la fuerza, por muy violentos que sean los medios actuales que nos someten, por lo que si esta puede ser evitada, debe ser evitada. Esta variable, al final de cuentas la de la viabilidad y sustentabilidad del proyecto, es la que me lleva a no optar por candidaturas como la de Marcel Claude o la de Roxana Miranda, con las que si bien creo compartir un mismo horizonte social, la radicalización de su propuestas en cuanto a la inmediatez de todos los cambios, y lo cerrado en cuanto a los margenes aceptables del debate, me hace pensar en un quiebre en el dialogo y en una imposición de los cambios necesarios mas violenta de lo tolerable para un cambio que se quiera sustentable y permanente en el tiempo.

(Los últimos 2...)
La definición final.

Mi principal duda en esta elección fue con Alfredo Sfeir. Para mi gusto, tanto él como Marco, son candidatos potentes, y con programas que contemplan un proceso armónico y sustentable hacia los cambios deseados. Es mas, en el caso de Sfeir, sus propuestas relacionadas a la calidad de la educación, y el desarrollo sustentable son de una potencia poco vista en las ultimas décadas. No obstante, e hilando bastante fino para ser sincero, me quedo con la propuesta de Marco, por que creo que finalmente es mas acabada en prácticamente todas las áreas, y apunta en direcciones similares en los campos en que Sfeir tiene sus mayores fortalezas.

Este 17 de Noviembre yo votaré por Marco, por que creo que un cambio es posible, y el cambio que este candidato representa me identifica plenamente. Tu también puedes votar. Infórmate.